Gremio FinTech crítica nuevas tarifas implementadas por Mastercard ante el TDLC

Un nuevo flanco suma el procedimiento para la dictación de las condiciones de competencia en el mercado de los medios de pago que lleva adelante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).

FinteChile ingresó un escrito en el cual criticó a Mastercard por una serie de costos y exigencias tecnológicas adicionales que exigirá la empresa de tarjetas para las transacciones de comercios no establecidos en Chile.

Según el gremio que agrupa a las compañías tecnológicas financieras y que es representado por Aninat Abogados, estos costos se producirán para aquellas empresas que procesen a través de los agrupadores de pagos internacionales que están asociados a los adquirentes locales.

Esto sucedió luego que Transbank remitió a los agrupadores de pagos internacionales una carta, comunicando las nuevas condiciones que estableció Mastercard.

A juicio de FinteChile, dicha puesta en marcha tendría "significativas consecuencias negativas" para los miembros de la asociación y también para "otros actores de nuestra economía, incluyendo a los adquirentes y emisores locales y, más importante, a los consumidores chilenos y pagadores de los servicios involucrados".

De acuerdo a las indagaciones presentadas por la asociación, los costos adicionales serían una tasa porcentual de marca a los adquirentes, más un valor en dólares por cada transacción; como segundo elemento, la aplicación de una tasa de intercambio internacional, con base en porcentajes que fijados por la marca, según la categoría y subcategoría de la tarjeta respectiva; y tercero, costo anual de inscripción al programa en dólares.

También las empresas tecnológicas financieras alegaron que dado que Mastercard exige la realización de ciertas adecuaciones tecnológicas para este nuevo modelo, "algunos adquirentes pretenden cobrar un costo de integración mínimo de miles de unidades de fomento, más IVA".

La asociación advierte que la estructura de nuevos precios que impulsa Mastercard, "volvería inviable la operatoria de este tipo de comercios, dado que estos costos serían traspasados a los agrupadores de pagos internacionales y luego a los comercios, quienes decidirán migrar su procesamiento a un adquirente del exterior, con consecuencias negativas para los tarjetahabientes chilenos, los agrupadores de pagos internacionales, los adquirentes y los emisores locales".

FinteChile puntualizó que entre las ventajas que tienen los comercios que optan por los servicios de los agrupadores de pagos internacionales es la posibilidad de operar en pesos chilenos, sin riesgo de recibir en la liquidación tipos de cambio, montos, comisiones o conceptos no previstos.

Añadieron que existen tasas de aprobación más altas, propias de los niveles de riesgo calculados para las operaciones locales; menos casos de fraude; acceso a pagos en cuotas; y la aceptación universal de tarjetas, incluyendo tarjetas locales, de crédito, débito y prepago.

Recalcaron que "estos atributos serían perdidos ante una eventual migración hacia un procesamiento en el exterior".

Los seis problemas

Desde el gremio apuntaron a seis problemas que tendrá la industria de medios de pago debido a las nuevas políticas impartidas por Mastercard.

Primero, hacen ver que existiría un conflicto de interés en la información que se solicita. Ahondan que la marca pide información sensible a los agrupadores de pagos internacionales. Según acusan, existiría un "riesgo de que tengan acceso a información que podrían utilizar para competir con los servicios prestados por un agrupador de pagos internacional".

Mencionan que existe una complejidad operacional debido a que los diversos requisitos operativos demandados por Mastercard "son inviables e indebidos, especialmente si se considera que las marcas buscan ofrecer soluciones de remesas internacionales que compiten con los servicios prestados por los agrupadores de pagos internacional".

Señalan que "las nuevas reglas de Mastercard implican un daño a la competencia, al equilibrio de competencia entre las empresas y al ingreso de nuevos jugadores, sobre todo considerando su falta de justificación y los costos asociados a tal decisión unilateral".

Reprochan que Mastercard "obliga a los adquirentes a clasificar a los agrupadores de pagos internacional como una empresa de alto riesgo".

Otra recriminación que deslizan es que las acciones de Mastercard "amenaza a la innovación y desanima la inclusión financiera".

Profundizan que la marca "pretende reconocer el carácter innovador del modelo de negocio de los agrupadores de pagos internacionales, pero contradictoriamente, eleva los costos para realizar este tipo de transacciones. Esta medida frena las innovaciones en el sector y, en consecuencia, daña la inclusión financiera en el territorio chileno".

El último punto que expone FinteChile es que Mastercard "impone costos de transacción excesivos es una carga adicional para el modelo de negocio que dice querer promover. Por lo tanto, es evidente la ausencia de racionalidad económica en esta estructura, lo que es sumamente perjudicial para la competencia en este mercado".